martes, 27 de noviembre de 2007

A vueltas con el Transporte.















Sí, padre, confieso que he pecado.

Para salvaguardar mi escasa/nula coherencia mentaloide estoy usando el coche.

Iba a decir que no hay justificación posible, pero claro que la hay: se llama transporte público, se llama renfhe-ladrones. Y pensar que van por la tercera versión (cuarta, según me advierte el Oráculo) de "La Invasión de los Ladrones de Cuerpos"...

Por la mañana no gano ni un minuto para dormir un poco más. Me levanto a la misma hora, porque a partir de las 07.15 horas el atasco en Madrid es politentacular. Eso sí, en lugar de llegar a las 08:15-08:20 como estaba llegando, llego hacia las 07:40. ¡Qué cosas!

Y a la vuelta, en lugar de llegar a partir de las 16.05, pues estoy en casa hacia las 15.30 (y eso que tengo el garaje a casi 10' de casa). ¡Qué cosas!

En cualquier caso, no pretendía aburrir con horarios que a nadie importan, no.

La idea era afrontar el otro flanco del transporte, igualmente chapucero y caótico, que ser español no es una excusa, es una forma de ser inmutable e invariable.

Viene a cuento porque los jueves salgo a las 20.00 y me toca volver en hora punta. Y si en una botella de dos litros intentas meter cinco litros, pues rebosa y te pones perdido. De acuerdo. Pulpo. Asumido.

Pero qué decir de esa página de munimadrid, que dos de las tres veces que la he ido a consultar estaba "temporalmente inactiva por tareas de mantenimiento" (o cualquier chorrada por el estilo).

Y la vez que la he consultado, pues más valía haberse estado quietecito. A saber, del recorrido que me interesaba, sólo había tráfico amarillo desde el Puente de los Franceses hasta el desvío en la M-30 hacia la carretera de Extremadura. Ficción.

Realidad. Cinco kilómetros de retenciones en la carretera A-6 de La Coruña. Luego me voy por la Carretera de Castilla. Craso error. Tapón total. Más de un cuarto de hora para alcanzar la M-30.

Sin embargo, lo que más quería resaltar y recalcar es lo siguiente, porque desgraciadamente es lo habitual.

»Km. 15º de la A-6. Panel informativo: "Retenciones hasta km. 14". Bueno, por un kilómetro, me aguanto.

»Km. 13º de la A-6. Panel informativo: "Retenciones hasta km. 9". ¿Einnn? Pues sí, einnn.

¿Se acuerdan vds. de la M-30 pre-faraónica? Sí, hombre, sí, no hace tanto de ello. Cuando en el Puente de los Franceses te avisaban de retenciones hasta el Puente de Segovia. En el Puente de Segovia te avisaban de retenciones hasta Sta. Mª. Cabeza. En Sta. Mª. Cabeza te avisaban de retenciones hasta el Nudo Sur. Y en el Nudo Sur supongo que seguía la fiesta, pero yo ya me desviaba enseguida y se acababa el juego.

O, sin ir tan lejos en la Cronología, esos paneles en la A-1 avisando de "retenciones" desde el km. 60 hasta el 20 y cuando llegas a Somosierra te encuentras con un caos que ríete tú de"La Guerra de los Mundos".

Y esa es otra; el bendito lenguaje eufemístico. Lo que para la DGT significa "retenciones" para cualquier otro ser remotamente humano significa estar absolutamente parados en medio de una laaaaaaarga fila de kilómetros y kilómetros de coches, uno detrás de otro compartiendo destino no sé si en lo nacional, en lo universal o simplemente en lo espacio-temporal.

Así que uno se pregunta si cada panel informativo está a cargo de un funcionario distinto (será por funcionarios en España), o es que son subnormales o si es algún tipo de incomprensible (al menos para mí) experimento Pavloviano-Kafkiano.

Y uno, en su bendita inocencia (si es que me/nos queda algo), se pregunta cómo es posible manejar, controlar y administrar tan pésimamente unos recursos tan potencialmente útiles y tan realmente onerosos para los gilipollas a los cuales nos meten mano en la nómina como un conductor se mete el dedo en las narices en un semáforo. Porque se supone que se actualizan (o podrían actualizarse) en tiempo real; que hay cámaras; que hay agentes de tráfico (será por funcionarios en España, itero)...

Pues no. Es misión imposible. Cuando te avisan de accidente en no sé qué carril en quién sabe qué kilómetro, vas con más miedo que vergüenza y al final resulta que no hay ni atasco, ni accidente ni "ná de ná". Vamos, que el accidente ha tenido que ser hace un buen rato, porque las cosas de palacio siempre van despacio.

Y viceversa; te encuentras con 10 km. de atasco y resulta que es debido a dos que se la han dado. Y allí veinte minutos hasta que empieza a aparecer alguien o hasta que logras superar el cuello de botella, donde, por cierto, se tarda tanto por ese espíritu tan solidario que nos caracteriza.

Pero no todo son malas noticias. En Octubre ya habían arreglado el carril adicional de subida a 20 km. de Burgos, en la N-627 [http://cocolocus.blogspot.com/2007/08/no-podemos-conducir-por-ti-sa-es-la.html].
Algo es algo. Y el que no se conforma es porque es tan quejoso como quejicoso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Haz como yo, mira directamente las cámaras de tráfico de Madrid y saca tus propias conclusiones. Lo que es verdad es que del interior de los túneles de M-30 no hay ni una sola cámaras, solo podemos ver las que proporciona el Ayuntamiento desde su Centro de Control de Tráfico (menos da una piedra). Las de M-30 son de una empresa privada que ella se lo guisa y ella se lo come.

www.madridmovilidad.es/camaras