Es curioso el mundo del corredor.
Pagamos, aunque yo cada vez menos, por carreras masificadas, que te cuestan un pastizal a cambio de una camiseta raquítica de algodón, donde los primeros kilómetros supone desplazarse al son que marca ese ente propio en que se convierte el pelotón de cola en estas ocasiones.
Y luego hay carreras buenas, bonitas y baratas.
Buena, porque se trata de un medio maratón de montaña (aunque los kilómetros casi nunca salgan).
Bonita, porque transcurre por la montaña, por paisajes que logran despejarte por unas horas de la contaminación cerebral y espiritual de la ciudad.
Barata, tan barata que no te cuesta ni un duro.
Si a eso le añades que la climatología acompaña, que corres junto a un grupo de amiguetes y que cuando acabas la prueba te tiras a estirar en la hierba tomando el sol y a degustar las viandas de un opíparo ágape, sólo cabe terminar la crónica afirmando que nos encontramos ante una de las mejores carreras que se organizan en España.
Y lo curioso, para entroncar con el inicio del reportaje, es que eramos cuatro monos. Pero qué queréis que os diga; así mucho mejor.
Sólo me resta agradecer a la organización su buen hacer y desearle una larga vida a esta prueba. Amén.
P.S.: después de pelearme con el Picasa y el proxy, ya están disponibles las fotos en
http://picasaweb.google.com/amribera/20071021SomosierraMedioMaratNMontaAII
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