lunes, 16 de julio de 2007
De Histericae Personus
[2007.06.26]
Mi mujer dice que soy un histérico. Mi suegra que estoy anoréxico y también vigoréxico (Evidentemente, si sólo entreno 3-4 días a la semana para acabar un maratón, nunca le he mencionado lo que entrena alguien para un IronMan, porque no me creería).
La verdad es que no hago mucho caso, más que nada porque a fuerza de haberlo oído repetido más de un millar de veces ya es algo que flota en el ambiente sin que le dé mucha importancia. Lo que De Prada (J. M.) diría delicuescente.
En cualquier caso, algo de ello habrá. Pero no por el correr. Lo mío, en el fondo, es el mar, maldita sea, y yo en este desierto.
El viernes llegamos de viaje para iniciar la semana de vacaciones, y aunque hice el gesto de empezar a deshacer maletas y tomármelo con calma, que tenía nueve días por delante, no pudo ser.
A la manida frase, balbuceando y salivando, de "Me voy a la playa" respondió mi santa con un "Pues vete, pero no pierdas tiempo, que luego vuelves a las tantas".
Y allí me fui, a mi Liencres del alma. Sin banderas rojas, sin salvavidas, aunque con chuchos por todas partes, que el españolito demócrata cada cuatro años tiene evidentes y serios problemas cuando de interpretar carteles prohibitivos se trata.
El cambio ya se había realizado. Del agua invernal de Semana Santa hemos pasado al caldo veraniego de los 19ºC.
¡Pero qué gozada! Poder darte unos "coles", remojarte y ver el atardecer tranquilamente. La Felicidad es algo parecido a esto, en una playa sin gente y con más olas. :-)
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