Lo conseguí. Después de no poder hablar durante el 'finde' con Juan Palazuelos, mi amigo y profe de surf, el miércoles me acerqué a Liencres dispuesto a coger una tabla [tablón] y pelearme un poco con las olas, mi peso y mi torpeza inestable.
[Inciso de los míos; es curioso, amén de penoso, que se me ha olvidado toda la Física y las Matemáticas que estudié, y que los únicos detalles que recuerdas son estupideces como que un equilibrio inestable tenía un máximo en la curva de potencial mientras que un equilibrio estable experimentaba un mínimo en susodicha curva. En fin, es lo que hay, no doy más]
Y se obró el milagro. Cogí mi primera ola. Y después vinieron otras siete más. Y te ves de pie, seguro y firme en la tabla, viendo cómo la ola te va llevando hasta la orilla, te da tiempo a intentar poner la postura "fetén" de rodillas dobladas, mirando hacia adelante, intentas acelerar un poco pisando la punta, miras, contemplas
, disfrutas cada segundo como si fueran minutos... Son apenas, en mi caso, entre 5 y 7 segundos, pero es la "bomba hecatomba".Es curioso, pero al igual que la primera vez que me puse de pie en la tabla, en esta ocasión estaba Fadi (otro monitor de la escuela), al que he convertido en mi talismán surfero.
En fin. Ya no hay vuelta atrás. Ahora sí que tengo el veneno totalmente diseminado por el torrente circulatorio.
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