¡Por fin! He roto la monotonía, el curso imparable de la inercia, el vacío estival.
He pasado del "aversi" al "por fin".
No estoy hablando de nada del otro mundo, de dejar el trabajo y abrir una consulta en Cantabria, o de actividades hercúleas. No, estoy hablando de aprobar mi asignatura pendiente con la montaña y, de paso, aprovechar el verano en lugar de meterme en casa intentando paliar los calores lo mejor posible.
El estreno ha sido en Bustarviejo. Será que me tira la A1, a fuerza de llevar ¿14,15? años rodándola.
Me había sacado unas cuantas rutas por Internet, pero al final me entretuvieron tres cuartos de hora en el trabajo y salí de estampida cual elefante, eso sí, dejándome las hojas en la bandeja de la impresora, sobre la mesa, algún monitor o vaya usted a saber.
Y la jugada me salió redonda. Apenas perdí cerca de un cuarto de hora al principio, cuando el sitio por donde me metí tenía vallas y maleza por todos lados. A partir de ahí, subir, subir y subir, la mayoría del tiempo campo a través. :-)
Corono el primer cerro y sopla un viento que me sorprende por su frescura. Las vistas, un regalo para los ojos; la tranquilidad y la soledad que se respira, un alivio para el alma.
Sigo hacia el siguiente y llego a 1.800 metros.
Primera sorpresa » Tengo que echarme para adelante con mis ~82 Kg. para equilibrar la fuerza del viento, cuyo ruido es continuo e intenso.
Segunda sorpresa » La temperatura será de unos 23ºC, pero la sensación térmica es bastante inferior. La evaporación del sudor me proporciona un frescor rayano en el frío. ¡¡¡Yo, con frío, en pleno mes de Julio en Madrid!!!. Me sonrío cínicamente mientras contemplo horizonte, palabra desaparecida en la ciudad.
Tercera sorpresa » En la base del cilindro que marca la cima veo una placa que rinde homenaje a Fernando García Herrero (Q.E.P.D.). No le conocí personalmente, pero con lo que he leído en foros de atletismo popular, sé que se fue un tremendísimo atleta e inigualable persona. Aunque "gestos son gestos", que diría Vujadin Boskov, no puedo sino dedicarle mi primera incursión por el monte en solitario (no me atrevo a llamarlo montaña).
[Inciso1: me niego a creer que la Carrera de Montaña 'Memorial Fernando García Herrero' acabase o pasase por aquí. O por lo menos digo yo que subirían por otra ruta.]
[Inciso2: tengo que mirar en Internet cuándo se considera montaña y cuando monte; ¿Dependerá de la Cota de Altitud? ¿Del Desnivel? ¿De la Climatología?]
Es el momento "FRF", Fruta & Reposo & Fotos.
A partir de ahí toca bajada. Aquí peco de turista, novato e imprudente y decido bajar derecho,
de piedra en piedra (rocas, piedrones) junto a un vestigio de riveruca. Todo asequible para un Torpe como servidor de ustedes, excepto cuatro situaciones que solvento con más pena que gloria, pero indemne, afortunadamente.
[Inciso3: como mi madre lleva más de 70 años soportándolo y mis hermanos y yo más de 40, aclarar que Ribera, en el caso de mi apellido se escribe con B, joder, que no es tan difícil y atenta contra todas las leyes de la Probabilidad que el 100% lo escriba SIEMPRE con uve. Ribera, con be, como el pintor. ¿De acuerdo?
Y sí, en Español (lo siento, pero no hablo Castellano, o de hablar, supongo que hablaré algo parecido al Castellano, variante Madrileña con retazos de Cántabro, aunque mi mujer me ha conseguido quitar el "ej que, mojca, pejca" y demás expresiones castizas) existen los dos vocablos: Ribera, orilla y Rivera, arroyuelo, pequeño caudal de agua]
Para terminar, los datos "tésnicos": 676 m. de subida en total, según el SportTracks (de ~1.300 a ~1.900 m.).
En fin, otro veneno inyectado en mi torrente circulatorio. Ya van dos este verano. :-)
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