lunes, 17 de enero de 2011

Métodos Científicos, una Parábola

.
Me gusta conducir coches grandes. Familiares, rancheras. Coches largos, con plazas amplias y un maletero enorme. Que consuman poco; cuanto menos, mejor.

Así que imagínense si me dan a probar, por inventarme algo, un "Renaul Clio megaCossworth TurboSpeed 320 CV 18.000 válvulas". Con Chasis e interior preparado con Barras antivuelco para poder hacer Rallies a tope. Llantas de perfil ultra-ínfimo. Y consumo de 16 litros a los 100 Km.

Un huevo donde tengo que hacer contorsionismo para poder entrar e ir con mucho cuidado para no partirme la crisma con las barras. Y que según arranco me pongo a hacer trompos (sin ser esa mi intención, obviamente) y arranco cuatro farolas de cuajo

¿Y qué quieren que diga acerca del coche, si me preguntan mi opinión?

Pues a lo mejor es una maravilla tecnológica (no lo negaré) y cuesta diez veces más que mi tartana (más que probable y fácilmente comprobable), pero a mí me parece una mierda como la copa de un pino.

Uno de los mayores defectos, y problema mayúsculo, en  el mundo de la Informática es el de no realizar un Análisis en condiciones. No, aquí nos ponemos a teclear líneas de código como churros. Y pasa lo que pasa. Por no invertir dos meses en hacer las cosas bien, te tiras dos años corrigiendo, parcheando, modificando o incluso volviendo a rehacer todo de nuevo.

¿A qué viene todo este rollo? Pues que la planificación, los estudios previos, la asignación lógica de recursos y un largo etcétera pueden suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso de un proyecto, entre que algo tenga su utilidad o no sirva para nada (ver también entrada anterior).
.

No hay comentarios: