Tesoros al Navegar

Uno de las características de Internet que más me impresionan, a pesar de navegar diariamente (incluso por trabajo }:-))) ), es la Fractalidad de dicha navegación.

El aparente o real desvarío en la ruta a lo largo de la línea Temporal. Esa especie de "Oráculo de Bacon"/"Teoría de los seis Grados de Separación" que te lleva de buscar un "casque" [léase calamar, bug, error, fallo informático] en no sé qué aplicación a ver una edición especial 25º Aniversario de "MicroHobby" (¡Mamma mia! ¿Dónde se me ha ido un cuarto de Siglo?), bajarte el "Alone in the Dark" de una página de AbandonWare, consultar recetas para la ThermoMix, leer un relato corto estupendo en la Bitácora de un Corredor y terminar buscando precios de Hotel para mi Cuñado...

Para cuando quiero darme cuenta ha pasado mucho, demasiado Tiempo. Lo peor es que tengo que realizar un pequeño Esfuerzo para acordarme y centrarme en el asunto principal, a saber, corregir el fallo de marras de la aplicación carroñera de turno.

Pero a veces vale la pena. A veces te ves recompensado por un rato agradable, una sorpresa inesperada, una Bitácora cuyo contenido te atrapa hasta que decides meterla en Favoritos antes de proseguir con tu tarea.

Es lo que me ha ocurrido hoy con Yoku. La he descubierto porque ambos habíamos respondido a la entrada de Spanjaard sobre sus cuarenta maratones y más allá.

Y me he tirado un buen rato. Verbo fácil y agradable, entradas variopintas e interesantes y un par de relatos de Ciencia Ficción de los de relamerse (hay más, pero todavía no los he leído).

Cuando era un QuinceAñero devoré unas cuantas Toneladas de Libros del Género, y puedo decir que los dos que he leído hoy no desmerecen en absoluto.

Yo adornaría y destilaría más el estilo (valga la rebuznancia), pero los relatos en sí son una maravilla. Y como buena CF, te inducen a pensar y a recapacitar, aunque sólo sean unos segundos maravillosos en los que tu Cerebro intenta realizar esas Labores para las cuales fue creado/diseñado.

En fin, pásense por allí. Merece la pena y creo que, cuando menos, pasarán un buen rato.